Agricultura con y sin tecnología

El gobierno de Chile desplegó varios programas para resolver la pobreza rural. Además de construir escuelas, desarrolló programas de extensión agrícola. Ofreció créditos favorables para modernizar la crianza de vacas lecheras y las salas de ordeña. Ofreció a los dueños de fundos, tales como Rigoberto Teuber de Pucón, un programa con apoyo técnico neozelandés.

En 1965 la lechería de Rigo todavía ordeñaba más de 50 vacas a mano. El año siguiente se inscribió en el programa de modernización de la CORFO apoyado por el gobierno neozelandés. Dicho programa incluía un sistema rotativo de parcelas, mejoramiento del forraje, modernas salas de ordeña y mejoramiento de la raza lechera. Las innovaciones produjeron excelentes resultados para el Sr. Teuber y otros dueños de lecherías del sur de Chile.

Expertos ganaderos de Nueva Zelanda

El gobierno también desarrolló un plan de créditos a los pequeños agricultores para que sembraran mejores variedades de trigo y de pastos en los campos.

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Desafortunadamente faltaron innovaciones técnicas para que estas iniciativas tuvieran éxito. Como resultado los campesinos se quedaron con nuevas deudas y más empobrecidos.

Algunos Voluntarios del Cuerpo de Paz colaboraron con la siembra de praderas experimentales en las escuelas y con ayuda técnica para la reforestación. Los campesinos no estaban muy convencidos de la ventaja de sembrar pastos, pero sí plantaron unos pinos importados de crecimiento rápido.

El problema del trigo

La crianza de ovejas y cabras fue ideal para los terrenos quebrados de Caburgua. La lana hilada y tejida en casa proveía la ropa y cama para la familia. Más todavía, la carne de la oveja y de la cabra eran una de las pocas fuentes de proteína. Desgraciadamente muchas de las ovejas sufrían de un parásito llamado sarna. Debido a esta enfermedad era común ver a ovejas que les faltaba una tercera parte o más de su lana. En el invierno sufrían mucho del frío por falta de abrigo. Y en la esquila de la primavera rendían poca lana.

 

Bañando las ovejas

En un viaje a una estancia de ovejas en San Martín de los Andes del vecino país, el Voluntario del Cuerpo de Paz, Bruce Weber, observó que el dueño bañaba sus animales dos veces al año en una cuneta de cemento llena de un medicamento contra la sarna.

Mientras la oveja nadaba por el canal se impregnaba la lana y se eliminaba la sarna. Más tarde dos Voluntarios, Roberto Spich y Richard Leonard, diseñaron un baño de ovejas portátil hecho de madera terciada.

Era fácil montarlo en una carreta y llevarlo de un campo a otro. Después de bañar unas cuantas ovejas en Caburgua, Roberto lo transportó unos cuarenta kilómetros a la comunidad de Curarrehue donde los criaderos de ovejas también lo utilizaron.

Más tarde el comité de campesinos del vecino lugar de Maite construyeron un baño de cemento para el uso común de las ovejas de todos. En la comunidad de Hualpín, cerca de la costa, Bruce también desarrolló un programa para mejorar la salud del ganado de dicha comunidad.