Cambios no previstos

En la década del 1990 el gobierno chileno transformó los servicios disponibles en Caburgua. Pavimentó el camino de Pucón al Lago Caburgua e instaló agua potable, electricidad y servicios de teléfonos. Los turistas comenzaron a explorar las bellezas del lago. Algunos vecinos vieron la oportunidad de construir cabañas, alquilar cuartos y hasta casas. Los campesinos vendieron a los turistas frutas, verduras y carne. Con playas de arena fina y una cordillera espectacular el lago atrajo a bañistas y a dueños de lanchas. Algunos turistas compraron lotes para construir casas de veraneo.  

Comenzó un cambio de la tenencia de las tierras. Aunque al principio, un arriesgado loteo de propiedades fracasó, después otras ventas de terrenos tuvieron éxito. Inclusive, dos presidentes chilenos compraron tierras y construyeron casas de veraneo a orillas del lago. Como símbolo del progreso, el gobierno edificó una escuela elegante.