La problemática de la educación
Los vecinos de Caburgua se preocupaban bastante por la educación de sus hijos. Los enviaban diariamente a la escuela. Desafortunadamente Caburgua no ofrecía cursos más allá del cuarto grado de preparatoria, así que solamente los padres con mayores recursos enviaban sus hijos como internados en Pucón o Villarrica. Tal vez menos del 10 por ciento pudieron hacerlo.
En Caburgua había una escuela misionera dirigida por unos sacerdotes capuchinos alemanes. Los religiosos contrataban maestras chilenas para enseñar los cursos mientras ellos dirigían la escuela y se reunían con los padres periódicamente para discutir la política escolar. También había una escuela particular que mantenía una señora en su casa, pero la mayoría de sus alumnos vivían demasiado lejos para ir a la escuela en pleno invierno con las tormentas y las inundaciones.
Ambas escuelas recibían subsidios del gobierno que cubrían los costos básicos, así que afortunadamente para los padres de los alumnos la educación era gratis.
La política de construir una educación
Consciente de la importancia de la educación, la administración del presidente Eduardo Frei Montalva de 1964-1970 desarrolló diversos programas innovadores para capacitar a un mayor número de alumnos. Algunos vecinos de Caburgua que vivían al sur del lago y en los cerros adyacentes supieron del programa y le comunicaron su interés al representante del gobierno en Pucón.
Varios de los padres eran descendientes de un mapuche octogenario llamado Don Hilario Nahuel. Con el correr del tiempo los vecinos refirieron al proyecto como "la Escuela Nahuel." Pidieron a un Voluntario del Cuerpo de Paz para ayudarlos a negociar con las agencias de gobierno.
Corrió más de un año antes de que el gobierno designara a Caburgua para recibir materiales y comenzara la construcción de una escuela prefabricada. Mientras tanto la comunidad organizó una fiesta para juntar fondos para cubrir los gastos diversos. La fiesta tenía una ramada, refrescos y bebidas, empanadas, músicos, bailes y una breve altercación. Económicamente fue un éxito porque se recaudaron como 2000 escudos.
Por fin llegaron los materiales de la escuela. Un supervisor y su hijo contratado por el gobierno dirigieron la construcción. Sin embargo, el experto sabía menos que la gente local, quienes habían construido sus propias casas y sus galpones. Por ejemplo, el supervisor no sabía enderezar una pared. Cuando los padres del proyecto señalaban que la pared viraba unos 15 grados, el supervisor culpaba los materiales prefabricados. Pero, cuando el arquitecto del gobierno inspeccionó la escuela, exigió que se enderezara la pared. Los vecinos susurraron, "ya lo sabíamos."
Desafortunadamente la construcción de la escuela fue solamente la primera etapa para la realización de la educación de los hijos. Otra agencia del gobierno tenía que aceptar el edificio como parte del sistema escolar y luego asignar un profesor. Llevó como un año visitando oficinas del Ministerio de Educación hasta que por fin se cumplieron todos los trámites y un profesor llegó a dar clases. Desde 1968 y por casi cuatro décadas la escuela educó a los niños de Caburgua.
Cumplido este período, el gobierno construyó una magnífica escuela grande , moderna e incluso con un internado. Estaba a una distancia de unos seis kilómetros de la Escuela Nahuel, que hoy sirve como la sede y la cancha del club de fútbol.